Certero disparo…. publicitario
Hoy como no puede ser de otro modo, traemos al blog el anuncio que los últimos días está en boca de todos y que logra que se nos encoja el corazón. Os invitamos a verlo, porque habla por sí solo:
¿Ya?
Esta campaña que, si sigue al ritmo de reproducciones alcanzado hasta la fecha, logrará llegar a todos los hogares del planeta, consigue crear en nosotros un estado de shock. Y más después de saber que es responsabilidad de la ONG Sandy Hook Promise, organización que fue fundada por miembros de la familia de las víctimas del tiroteo que se produjo hace 4 años, el 14 de diciembre de 2012 en la Sandy Hook Elementary School de Newtown, Connecticut. La campaña tiene el objetivo de prevenir muertes relacionadas con armas de fuego mediante programas de prevención de violencia armada.
Se trata de una campaña excelentemente ejecutada que mezcla una historia de amor que acapara toda nuestra atención, y, en segundo plano, la de un adolescente que planea un tiroteo. A la segunda no le prestamos inicialmente atención, pero sus consecuencias pueden ser nefastas. Algo que podría sucedernos en la vida real. La moraleja es evidente, y parece que está consiguiendo hacer reflexionar y concienciar.
¡Bravo por la publicidad con estos fines tan loables!
Oh, blanca Navidad
Oh, blanca Navidad… así reza el villancico que empieza a sonar en las calles más peatonales de las grandes ciudades, y también el lema que ha utilizado la plataforma de vídeo Netflix para felicitar la Navidad con un cartel gigante en el centro de Madrid. Hasta aquí parece todo de lo más normal, pero en realidad la polémica está servida porque precisamente lo ha hecho junto a una foto de uno de los mayores narcotraficantes del mundo y protagonista de ‘Narcos’, Pablo Escobar, presuntamente aludiendo al doble sentido con la cocaína. Una publicidad provocadora, sin duda, que muchos tildan de poco ética mientras otros tantos se lo toman con humor y aplauden el alarde creativo.
Sea como fuere, las redes sociales se han llenado de fotos y más fotos del polémico cartel, y una creatividad que estaba destinada a ser vista únicamente por los transeúntes madrileños ha llegado hasta los puntos más recónditos del planeta, convirtiendo la acción en una de las que probablemente puedan presumir de mayor retorno de la inversión. Una vez más se demuestra que la provocación es uno de los motores de la notoriedad publicitaria.
Marketing con conciencia
Estamos acostumbrados a que las campañas de marketing tengan como objetivo vender más un producto determinado. Pero también hay campañas que persiguen otros fines. Por ejemplo, crear conciencia social (colabora con tal o cual ONG para tal causa, conduce con cuidado, el tabaco mata, etc).
Hoy traemos a colación una campaña sorprendente, en la que una conocida organización ecologista (Greenpeace) le pide a una empresa admirada por todo el mundo (Lego) que ponga fin a su relación con una empresa petrolera (Shell).
¿El motivo? En su campaña para salvar el Ártico, Greenpeace persigue a cualquier empresa que tenga algún impacto negativo en el Polo Norte. Y, según denuncia la organización ecologista, Shell sería una de ellas, por contaminar el Ártico con sus pozos petrolíferos.
Una explicación previa. Desde hace décadas, Lego tiene acuerdos con empresas de sectores muy diferentes, para poder usar sus logotipos o realizar maquetas de sus productos. De este modo, las míticas construcciones de Lego adquieren un toque más realista, recurriendo a marcas que inundan nuestro día a día. En ese contexto, hace medio siglo, en 1966, Lego pidió permiso a Shell para lanzar una maqueta de una estación de servicio y vehículos de suministro con el conocido logotipo de Shell. Desde entonces, las gasolineras y los camiones cisterna del universo Lego suelen ser Shell.
Sin duda, Shell firmó dicho acuerdo encantada, no sólo por el evidente empujón promocional (y, por tanto, de ventas) que le suponía sino también por asociar su marca a una marca tan admirada como Lego. ¿Quién no ha jugado con Lego? Cualquier marca que se precie aspira a que sus consumidores y la sociedad la asocien con valores positivos. Y asociarte con una marca de valores tan positivos sólo puede ser bueno para tu reputación.
Cincuenta años después, Lego ha tenido que arrepentirse y retractarse de su acuerdo con Shell, fruto de esta campaña de Greenpeace:
Este anuncio, por el que Greenpeace pedía a Lego que rompiera su acuerdo con Shell Oil fue lanzado en julio de este año. La campaña se viralizó de inmediato… y logró que 1 millón de personas firmaran la petición de Greenpeace… De entrada, Lego se lavó las manos, argumentando que era un asunto entre Greenpeace y Shell… Pero, finalmente, Lego cedió y decidió romper el acuerdo con la petrolera, fruto de la campaña de Greenpeace.
La campaña publicitaria, denominada “LEGO: Everything is NOT awesome” fue una de las galardonadas en el último festival publicitario de Cannes. A la vista está que es una campaña con una ejecución perfecta y que llega a emocionar (como todas las buenas campañas). Pero no sólo ha sido reconocida por su creatividad y estética sino por su efectividad, ya que logró el objetivo por el cuál fue creada. Una vez más, una muestra de que la publicidad ayuda a cambiar el mundo.
Publicidad que emociona (7)
Se acerca la Navidad y a muchos se nos ablanda un poquito el corazón…y para ser sinceros, en muchas ocasiones la publicidad actúa de catalizador para ello con campañas puramente emocionales.
Resulta imposible hablar de emoción y Navidad y no pensar en la campaña ‘La otra carta’, del gigante de decoración sueco Ikea, una campaña puramente online que aúna todos los elementos que garantizaron su éxito: toca la fibra sensible, da un mensaje muy relevante para su público objetivo, logra identificación, consigue un nivel de atención in crescendo desde el inicio del anuncio que culmina con apoteosis final, fomenta la viralidad de la pieza y obtiene grandes niveles de recuerdo.
Si sois de lagrimilla fácil os recomendamos que echéis mano a un pañuelo antes de darle al play….
En el nombre de la marca
Cuando alguien es community manager de una marca, las palabras que esa marca habla por su boca (o través de su teclado) pasan al ciberespacio para ser leídas, juzgadas e interpretadas por millones de personas, cuantas más mejor. La marca delega en esa persona toda la confianza para que responda, opine y se comporte tal y como ella desea, no en vano es su voz. De hecho, la velocidad de reacción que se le requiere a un community manager conlleva que éste goce de autonomía suficiente para tomar sus propias decisiones, pues debe gestionar crisis, responder preguntas y aprovechar oportunidades que brinda la actualidad, y la gracia y el valor añadido de su trabajo están precisamente en la rápida reacción que no permite consultas, aprobaciones o consejos de dirección para decidir tal o cual mensaje.
Y como en cualquier campo de actuación, hay community managers que han respondido bien un millón de veces, pero llega una vez, la mil uno, en que hacen un comentario desafortunado o responden de forma poco acertada y el error puede costarle la reputación a la marca.
Algo parecido le pasó al community manager de Hawkers en México, con este desafortunado tweet tras la victoria de Trump, tomando como pretexto el muro que éste decía pretender construir entre México y Estados Unidos.
El incidente le salió caro a la marca: miles de quejas en redes sociales, la pérdida de un patrocinio, la necesidad de pedir disculpas y una mancha en la reputación hasta entonces intachable. Seguro que el community manager habrá aprendido de ello. Porque al manejar cualquier marca, tenemos que tener claro que «reputación no hay más que una», como dice con gracia el profesor de IESE José Luis Nueno.
Bye Hillary, Hola Donald
¿Hay alguien en el mundo que no lo sepa? La carrera electoral entre Hillary Clinton y Donald Trump ya ha llegado a su fin, con victoria del candidato republicano. Hasta el último momento, los sondeos electorales dudaron sobre quién sería el futuro ocupante del despacho oval, algo que curiosamente los Simpson ya habían predicho hace 16 años en el episodio “Bart to the Future” … Por cierto, en ese mismo episodio, tras Trump, Lisa Simpson se convertía en Presidenta de Estados Unidos, debiendo solucionar los problemas económicos que aquél había provocado durante su mandato.
Y volviendo a la realidad de estos días, mientras el mundo especulaba sobre el veredicto de las urnas, algunas marcas con un afilado sentido de la oportunidad aprovechaban el revuelo para lanzar campañas de comunicación de lo más oportunas. Así lo hizo la aerolínea Royal Jordanian, que no dudó en apelar al sentido del humor y, aludiendo a la propuesta de Trump de prohibir a los musulmanes el acceso al país, publicó en Twitter un mensaje con alusiones directas comunicando los precios de sus vuelos a Estados Unidos, con el mensaje «Por si gana él… ¡viaja a los Estados Unidos mientras te lo permitan!».
Otra marca que ha integrado la actualidad en su comunicación ha sido el portal inmobiliario español Idealista, que respondió a la tendencia de anónimos y famosos de publicar en redes sociales que si ganaba Trump se irían del país (con el #ifTrumpWins). Lo hizo activando el hashtag #ByeUSHolaSpain y ofreciéndoles a todos ellos casa en España.
Aprovechar las tendencias de actualidad para obtener repercusión mediática suele conllevar una elevada repercusión en forma de viralidad. Esta técnica tiene nombre, se llama Newsjacking, y requiere de creatividad, sentido del humor y una gran agilidad y rapidez.
Pero no os distraigáis… ¿Ya sabéis lo que está pasando ahora mismo en el mundo y cómo aprovecharlo en vuestras empresas? ¿Qué tal un poco de Newsjacking?
Publicidad que emociona (6).
Cuando un anuncio se alza con el premio Emmy 2015 a mejor spot del año no podemos hacer otra cosa que admirarlo. Si además su mensaje es puramente emocional y es capaz de conseguir una viralización sin límites y alcanzar más de 85 millones de visitas en más de 150 países, la admiración se hace mayúscula. Y si además promueve valores contra los estereotipos sociales solamente nos queda quitarnos el sombrero. Porque somos de los que creemos que la publicidad, a veces, sirve para intentar mejorar el mundo en el que vivimos.
Hablamos de la campaña ‘Like a Girl’ de Procter & Gamble. La compartimos con vosotros a continuación. Disfrutadla.
La desorientación al cliente
Rescatamos un fantástico chiste del genial humorista español Forges. Obsérvalo con atención.
Pregunta 1. ¿Por casualidad, alguna vez, en algún restaurante, cafetería o bar has experimentado la sensación del caballero protagonista de la viñeta de Forges? Apostamos todo al sí. Es más, apostamos a que no lo has experimentado ni una vez ni dos, ni tres, sino muchas.
Pregunta 2. ¿Has vuelto a poner los pies en ese establecimiento? En este caso, no apostamos…. Esperamos que la respuesta sea NO, que es la que se merece el local, pero nos tememos, por hábitos o por circunstancias varias, que hayas vuelto. Craso error.
Esa situación tan habitual refleja lo contrario de lo que debería ser. El cliente, o, mejor dicho, el C-L-I-E-N-T-E, no tiene más remedio que estar pendiente del camarero, en vez de estar disfrutando de su descanso, de su bebida o comida y de la eventual conversación con otros clientes. Debería ser al revés. El cliente debería estar absolutamente despreocupado del camarero, asumiendo que este es un profesional que sabe lo que debe hacer: estar pendiente de las necesidades del cliente.
Forges ilustra esta situación en una cafetería, un tipo de establecimiento que todo el mundo frecuenta a menudo. Pero sabemos que se puede trasladar a muchos otros negocios.
Los negocios cuyos empleados no saben cuidar a los clientes (nota: la responsabilidad debe recaer en los jefes) están reñidos con un concepto tan importante y básico como la orientación al cliente. Nosotros, a esta falta total de orientación al cliente la denominamos “DESORIENTACIÓN AL CLIENTE” … Y, claro, “desorientar” equivale a “hacer perder el sentido” y a “confundir”, por lo que un cliente o consumidor desorientado tiene tendencia a PERDERSE. Para siempre. Que es lo único que se merecen esos establecimientos o negocios.
¡Ya vienen los Reyes!
Vienen los Reyes Magos. La cuesta de enero. San Valentín. Día del padre. Ya es primavera. Día de la Madre. Operación bikini. Rebajas. Vacaciones. Vuelta al cole. Halloween. Navidad… ¡y vuelta a empezar!
Acabamos de mencionar 12 tópicos comunicativos de lo más manidos en publicidad, pero no por ello menos exitosos comercialmente. Por eso vuelven año tras año. En lugar de dividir el año en meses de calendario podríamos dividirlo en campañas de comunicación: ahora estaríamos en Halloween (¿lo huelen ya?) y a puntito de que éste caduque y empecemos a vestir de Navidad los escaparates, los anuncios, los catálogos y las calles, aunque falten más de dos meses para que llegue. De hecho, podría parecer que las marcas participen en una carrera para ver quién es capaz de empezar a comunicar antes sobre el tópico siguiente, y no es en vano: quién da primero, da dos veces. Así lo confirma un reciente estudio de AdWeek que demuestra que las marcas que empezaron en septiembre a hablar de Halloween han logrado un mejor posicionamiento –especialmente en redes sociales- que las que lo han hecho en fechas aparentemente más razonables y cercanas a la noche de los muertos.
Y ustedes, ¿ya aprovechan en sus negocios la potencia de las fiestas y ocasiones especiales? Todavía les quedan unos días para explotar los últimos coletazos de la fiesta de Halloween, pero pocos… Y ¡ojo!, porque el 2 de noviembre ya empezará a ser tarde para planificar la Operación Navidad. ¿Preparados?
Todos somos influencers
El boca-oreja ha evolucionado. De hecho, ha crecido, se ha expandido y ha alcanzado unas dimensiones que hace unos años resultaban inimaginables.
Por ejemplo, cuando unos años atrás pretendíamos seleccionar un restaurante para un viernes por la noche podíamos preguntar a amigos y conocidos si sabían de alguno recomendable, o como máximo, leer alguna crítica gastronómica. Poco más.
Ahora, elegir el mejor restaurante puede convertirse en una labor de ingeniería: no nos basta con el tradicional boca-oreja sino que si lo deseamos podemos acceder a muchísima más información: varios posts de bloggers de la ciudad que nos relatan su experiencia y la ilustran con fotos de los platos dignas de una revista de moda; algunos portales de referencia en que los usuarios puntúan la experiencia, el servicio y la relación calidad/precio del mismo; e incluso una simple búsqueda en redes sociales utilizando el hashtag adecuado nos permite acceder en un solo click a opiniones y experiencias de cualquier persona que ha tenido a bien de hacer pública su vivencia. Sucede lo mismo con la compra de un aparato tecnológico o la selección de la mejor crema hidratante: prácticamente no existe producto en el mercado que no esté reseñado en internet.
El mundo online nos ha abierto una ventana de posibilidades que permite que los consumidores interactúen entre ellos a diario sin necesidad de conocerse, ejerciendo su capacidad de influencia y poniendo en evidencia el poder del boca-oreja electrónico. La comunicación a través de las redes se ha democratizado y ha convertido a todo aquél que lo desee en un influencer que puede hacer llegar al resto del mundo su experiencia (positiva o negativa) con nuestra marca, producto o servicio. Es más, cuando nuestra experiencia es negativa, amplificamos la resonancia del mensaje y una queja viralizada en la red se convierte en propaganda negativa. Mientras un cliente satisfecho puede hablar elogiosamente de nosotros y recomendarnos a cuatro o cinco personas (con suerte), uno insatisfecho puede llegar a hablar mal de nuestro producto o servicio a una docena de semejantes e incluso a generar un efecto de onda expansiva a partir la crítica.
Sí o sí, van a hablar de nosotros. Pensemos bien qué es lo que queremos que cuenten.
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