Sabemos que la velocidad y el tocino casan mal y no deben confundirse… La velocidad y el marketing, en cambio, pueden casar bastante mejor… Un marketing veloz puede causar impacto, sensación y resultados. Aunque, también, puede generar revuelo entre los consumidores. Los “disparos” de marketing veloz no siempre gustan a todo el mundo.
Traemos a colación dos ejemplos de marketing veloz, uno muy reciente, de la semana pasada, y otro antiguo, de los primeros 90. Son buenas ilustraciones de cómo la publicidad está alerta a lo que sucede a su alrededor, para promocionar su marca. ¿A cualquier precio?
Caso 1. NORWEGIAN. La semana pasada, Norwegian, una aerolínea noruega ‘low cost’ mostró ingenio, brillantez y, sobre todo, rapidez, para publicitar y promocionar sus vuelos a Los Ángeles, tanto en medios offline como online. Aprovechó la separación de Angelina Jolie y Brad Pitt para ofrecer vuelos muy baratos a Los Ángeles desde diferentes lugares del planeta. En tan sólo un día, su campaña se convirtió en viral en Internet. Es una publicidad ingeniosa que invita a la sonrisa (y, si planeas ir a Los Ángeles, a comprar el billete), aunque ha habido gente que la considera poco respetuosa con los archiconocidos actores.
Caso 2. COCA-COLA. A finales de agosto de 1993, Michael Jackson estaba en plena gira mundial, esponsorizada por Pepsi-Cola. Al recalar en Bangkok, tuvo que posponer dos veces su concierto allí por estar deshidratado a causa del calor y humedad de la capital tailandesa. Coca-Cola, el sempiterno competidor de Pepsi, decidió aprovechar esa circunstancia y, al día siguiente del aviso de la doble cancelación del concierto, publicó un anuncio de media página en dos diarios tailandeses editados en inglés, “The Nation” y “The Bangkok Post”. El anuncio simplemente rezaba: “¿Deshidratado?… Siempre hay Coca-Cola”. Rápido e ingenioso. Y un ataque directo a Pepsi. La campaña publicitaria de Coca-Cola fue muy localizada en el tiempo y en el espacio, ya que sólo duró un día y únicamente se llevó a cabo en Bangkok. No gustó a todo el mundo. Los detractores de la campaña se quejaron de que Coca-Cola se aprovechara de la fragilidad física del cantante.
Por tanto, en ambos casos, hubo rapidez e impacto mediático y comercial (sin duda, Coca-Cola en 1993 en Tailandia logró vender más unidades y, en estos días, Norwegian estará vendiendo más que nunca su trayecto a L. A.). Y en ambos casos también, polémica. ¿Marketing veloz? Sí. ¿Marketing certero? Depende de para quién. ¿Qué os parece?
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