Ha llegado septiembre y, ¡cómo no!, han llegado los coleccionables. Ya inundan kioscos y librerías de España con todo tipo de temas y formatos, a la vez que se anuncian de modo intensivo por televisión. Libros, cromos, comics, juguetes, muñecas, manuales de todo tipo (desde la gestión empresarial a la costura), maquetas, cursos de inglés, cursos de informática, etc. Todo lo que nos podamos imaginar y más. Y eso que la crisis ha rebajado algo la oferta, antes del 2008 era mucho más grande… ¿Es un fenómeno exclusivamente español? ¡No!, la ‘rentrée’ con coleccionables se practica también en Francia, Italia, Portugal y en general en los países de la Europa mediterránea.
Es un curioso fenómeno de marketing y ventas que se asocia al insaciable afán humano de coleccionar… Curioso porque la mayoría de colecciones no culminan, sino que decaen a partir del tercer número… ¿Por qué? Porque el tercer ejemplar -y siguientes- es el del precio definitivo, que suele rondar los 12€, en contraposición al precio irrisorio del primer número (menos de 2€) y el bajo del segundo (5-6€), según hemos observado en varios kioscos. Es habitual que estos reciban hasta un centenar de ejemplares de los primeros números -con los problemas de almacenamiento que eso les acarrea- y, a partir del tercero o cuarto, sólo reciban 4 o 5, los que irán destinados a los coleccionistas realmente fieles.
A muchos kiosqueros, los coleccionables les parecen un mal negocio, porque les deja muy poca rentabilidad: venden mucho los dos primeros ejemplares, es decir los baratos, que les dejan muy poco margen, y para ello deben ocupar mucho espacio de su kiosco con tantos cartones. Hay kiosqueros que directamente renuncian a vender coleccionables.
Pero, aun así, cada septiembre, cada “rentrée” florecen de nuevo las colecciones. Señal clara y rotunda de que con los atractivos precios de los dos primeros números surgen suficientes coleccionistas espurios (los de los dos primeros números) y coleccionistas perseverantes (los que siguen hasta el final) para que las editoriales sí ganen claramente dinero y, por tanto, mantengan el negocio. De eso saben mucho Planeta Agostini y RBA, en particular.
¿Cómo seducen y venden los coleccionables, rentrée tras rentrée? Muy sencillo, con precios de lanzamiento irrisorios y una gran campaña de publicidad en televisión, a menudo con productos más o menos prácticos (cursos y manuales) o con productos “vintage”, mil veces reeditados, que remueven nuestros recuerdos de la infancia y de la juventud, y, por tanto, llegan de lleno a nuestras emociones…
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