La nostalgia es un cúmulo de emociones. Es la pena, tristeza y/o melancolía originada por el recuerdo de una pérdida de algo o de alguien querido. No forzosamente se produce con una pérdida física, puede ser fruto de la lejanía, ausencia o privación transitoria de un lugar, una persona, un animal, etc.
Hoy, queremos despertar vuestra / nuestra fibra nostálgica, apelando a algo habitualmente muy querido y que no volverá: NUESTO PASADO INFANTIL Y JUVENIL. Para ello, hemos recuperado y recopilado una decena de anuncios españoles históricos perdón, vintage…, que es como se dice ahora.
¿Qué te dicen estos anuncios? Obsérvalos con atención. Saboréalos. Uno a uno. Esa marca, ese diseño, ese slogan, … Regodéate. Entretente.
¿No te dicen nada? Eso significa que eres joven, muy joven… No te preocupes, en pocos posts nos ocuparemos de ti. 😉
¿Te dicen algo? ¿Te traen buenos recuerdos? Eso significa que tienes 40, 50 o más años.
Cualquier español de más de 40 años recordará esos anuncios. Cuanto más antigua es una marca que conocemos, más afecto sentimos hacia ella. ¿Por qué? Porque la tenemos ineludiblemente asociada a nuestra infancia y juventud. Y todos sabemos que Rilke dio en el clavo cuando dijo aquello de que “la verdadera patria del hombre es la infancia.”.
Decíamos que nuestro pasado es una pérdida irremisible. No podemos volver físicamente a él, pero… lo podemos recrear a través de una facultad humana prodigiosa: el recuerdo. Eso sí, nuestra memoria es selectiva: no quiere infligirnos daño, por lo que filtra el pasado a nuestro favor. Por eso, recordar el pasado produce, generalmente, sentimientos agradables. Evocarlo nos aporta paz y tranquilidad.
Los anuncios o campañas publicitarias vintage nos retrotraen a nuestra niñez, adolescencia o juventud y, generalmente, nos inducen a rememorar situaciones felices de aquella época. La publicidad nostálgica nos provoca algo parecido a lo que sucede con la música: cuando escuchamos canciones de nuestra adolescencia y juventud, sentimos que ¡esa es NUESTRA música! Del mismo modo, cuando revisitamos anuncios de aquella época de nuestra vida, sentimos que ¡esa es NUESTRA publicidad!
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